Extra: Preguntas realizadas a uno de los personajes para que los lectores lo conozcan mucho más.
-No leer sin antes haber terminado el libro 1 de esta serie, hay spoilers-
Contenido es un material extra, y una actividad realizada en lecturas conjuntas. Con el fin de que conozcan mucho más a los personajes.
—Hola, Lonhard, gracias por darme tiempo para responder estas pequeñas preguntas, por cierto, ¿Dónde está Angineé?
—Hola, Kass, tranquila no hay problema alguno, Angi está cocinando… y preparándose una jodida ensalada de frutas, como si pudiera engordar, su apariencia será así por toda la eternidad y no termina de comprenderlo.
—¡Mujeres, Lonhard!… Ni nosotras mismas nos entendemos, bueno, invítame a sentar por favor, para que empecemos con las preguntas.
—Ah, sí, claro Kass, ponte cómoda, disculpa soy algo lento con los finos modales.
Le sonreí. Caminé hacia donde me indicó. Un cómodo sofá en la sala. Si en definitiva el lugar era lindo y delicado, digno de los gustos Angi. Lonhard se sentó frente a mí y su cuerpo parecía que llenaba todo el lugar.
Demasiada carne de primera calidad en un mismo hombre, con razón hay tantos poco agraciados en el mundo —ironicé evitando reírme.
—Bueno, empecemos —intenté sonar lo más seria y profesional posible.
1.- ¿Cuál es tu punto débil?
—Mi punto débil es Angineé, la verdad desde que me enamoré de ella no puedo dejar de pensar en ella, además, toma en cuenta que no puedo comer, respirar, ni sentir si no estoy con ella, ya eso dice mucho sobre la dependencia emocional y física que padezco.
2.- ¿En tus ratos libres en el infierno cómo te distraías?
Lonhard soltó una carcajada.
—Sinceramente mejor hablo rápido antes de que llegue Angi. —Bajó la voz y casi me respondió en susurros— La verdad es que en mis ratos libres… torturaba a las almas más malas que entraban al infierno, ejemplo, los violadores, asesinos de mujeres y niños, terroristas… en fin lo peor del mundo… La verdad cuando entraban almas al infierno por pecados menores, pues los ignoraba, ahí usaba la empatía, total, yo también estaba ahí por un pecado menor, por el hecho de no haberme arrepentido, aunque aclaro, asesiné al hombre que lastimó y asesinó a mi hermana, pero él era una lacra para la sociedad, así que más bien le hice un favor al mundo, en cambio cuando se asesina a gente buena, ahí si toman muy en cuenta ese pecado en el infierno— todo esto lo terminó diciendo en tono sombrío, con la mirada perdida como recordando.
3.- ¿Qué opinas sobre Sofía?
—La verdad es que la considero bonita, pero más bella es mi Angi… Lo que me llama la atención de ella es que la condenada tiene una aversión hacia los ángeles anormal, pienso que si le toca el Ángel a la pobre le dará corte… hablo por experiencia propia —Lonhard soltó una carcajada, estaba segura que él sería el primero en burlarse al enterarse de la situación de Sofía.
Por mi parte sonreí ante su irónico comentario, preferí no decirle nada, total a veces Lonhard era insoportablemente carismático.
4.- ¿Cuáles son tus hobbies? Además de atormentar en el infierno claro está — le dije sonriendo, yo también podía ser irónica cuando me lo proponía.
—Explícame primero, ¿qué son los hobbies?
—¡Ay! ¿No sabes? Dile a Angi que te regale un diccionario para que te actualices con estos tiempos, pero tanto de inglés como de español, porque te aclaro que uno toma cada palabra extraña… en fin… Bueno, un hobby es cuando haces una actividad que te agrada mucho y la haces casi todos los días.
—¡Ah!… Bien, entiendo. Si lo dices así puedo decirte que extraño ese hobby como tú le dices que hacía en el infierno… claro en la actualidad no atormento a nadie desde que salí de allí, aunque a veces sinceramente me hace falta… hay demasiados desgraciados… que les hace falta una zurra, para que respeten, estos tiempos en definitiva son muy diferentes a lo que estaba acostumbrado antes de morir. Si vamos a cuál es mi actividad favorita, sería hacer el amor con Angi, tocarla, besarla, mirarla, a decir verdad, aparte de comer, eso es lo único que hago— sonrió y me guiñó el ojo.
Este sí que es descarado, demasiada información no solicitada para mí— pensé.
5.- Descríbete a ti mismo
—¿Esa pregunta es a nivel físico o de inteligencia? —replicó con una gran sonrisa en su rostro. Nadia podía tener los dientes tan perfectos.
Ah verdad, yo los tengo y nunca usé brackets —recordé.
—Como tú quieras responderla Lonhard, no es que me sobre el tiempo como a ti, yo no soy inmortal.
El muy perro sonrió bajando y subiendo sus hombros.
—Soy un hombre con cerebro —seguidamente se quedó en silencio. Le puse mala cara ante su burla diciéndole:
—Óyeme será que puedes ser más específico, no te comportes como si no lo tuvieras.
—Lo dije sólo para molestarte —respondió con una sonrisa amplia.
—Bueno, bien, descríbete, hay muchas lectoras que quieren saber cómo te ves a ti mismo.
—¡Ah, las lectoras!… cierto… cierto… ah, por cierto… ¡Hola, gracias por leerme! —respiré profundo, ya sabía que esta entrevista no sería fácil. —Bueno chicas, soy alto, por donde paso me miran, no me gusta asomarme mucho a la calle porque Angi se obstina y quiere matar a todas las que se me quedan mirando, además, soy inteligente, muy capaz, aunque siento mucho que no pueda darles mi número del aparato ese que llaman celular porque ya saben estoy comprometido.
—¿Eres estúpido? —repliqué mirándolo con mala cara.
—¡Vamos, Kass, no te molestes! Sólo juego contigo.
—¡Cállate! Mejor sigamos antes de que Angi regrese de la cocina.
Lonhard se puso pensativo. Creo que en cualquier momento se va a desmaterializar a la cocina para hacer el amor con Angi, mejor intento terminar más de prisa.
6.- ¿Qué opinas de Kassfinol?
—¿O sea de Kassfinol como escritora? —contestó Lonhard, pasándose la mano por la cabeza como si responder la pregunta fuera muy difícil para él.
Pendejo.
—Si Lonhard… ¡Hey! Por cierto, ¿No te han dicho que es de mala educación responder una pregunta con otra? —ironicé, cruzando mis piernas, acomodándome sobre el sofá.
—Si me lo habían dicho, pues no me acuerdo, pero ¡ajá! Formula mejor las preguntas entonces, sé más específica.
—Te golpearé, te juro que lo haré si sigues con tu tontería. —Tenía ganas de lanzarle la agenda por la frente para que fuera menos tarado, conmigo, que yo lo creé… así de desgraciada es la gente.
Lonhard soltó una carcajada, se levantó del sillón y se me acercó mirándome a la cara diciéndome:
—No creo que puedas con alguien como yo.
—¡Ay, por favor tú no me intimidas!… Al menos que quieras que le diga a Angi que tú cuando estabas en el infierno eras un casanova, mujeriego, como te quieras catalogar, que tenías a cientos de demonias detrás, que por cierto ahora que recuerdo ese detalle no lo coloqué en el libro, estoy segura que Angineé no lo sabe, si yo abro la boca tú te-jo-des ¿Comprendes?
Lonhard puso los ojos como platos y luego los entrecerró.
—No serías capaz Kass.
—¡Pruébame! —le dije alzando la barbilla, en modo de reto.
—¡Está bien, tú ganas!… ya te diré que opino de ti excelentísima mujer con cojones.
Me dio muchísima risa su sarcasmo y empecé a reírme hasta parar en un ataque de tos, para cuando miré de nuevo hacia Lonhard ya tenía mala cara.
—Bien está bien prosigue, dime ¿qué piensas de Kass como escritora?
Es buena, pero escribe lento, además, le quitó muchas malas palabras al libro porque yo las decía mucho, es sencilla como persona, eso también me agrada, se sonroja cuando escribe escenas calientes— aquí Lonhard se empezó a reír y prosiguió entre carcajadas— sinceramente no me ha molestado que tenga sus narices en mi cuarto mientras le hago el amor a Angi.
—¡Eres un idiota, mejor pasamos a la próxima pregunta! —contesté en tono serio.
7.- ¿Cuál es tu momento especial en la historia?
La primera escena del baño que escribiste, por los demonios y el mismo Dios, Angi estaba divina, no sé de dónde saqué fuerzas para no hacerla mía. Es mi favorita porque me torturó como nadie. Es que está muy buena la muy condenada.
8.- ¿Y el que menos te ha gustado?
—Cuando la desgraciada de Dala maltrató a mi bella mujer, es que, si pudiera ir de nuevo al infierno y hacerla pagar, sería más feliz de lo que ya soy— me di cuenta que sus ojos empezaron a ponerse todos negros.
—Hey, Lonhard cálmate quieres, no la pagues conmigo —ni en mil años quería estar cerca de él enojado, no, sin algo con qué chantajearlo.
—Disculpa es que odio a esa perra.
Ohhhh, dijo la palabra perra, haciéndole caso a su última queja, dejaré la mala palabra en esta entrevista.
—Sí, ya lo noté, mejor respira y responde la próxima ya casi terminamos.
9.- ¿Qué haces para estar tan buenorro?
Esta pregunta es interesante para nosotras— pensé, Lonhard permaneció en silencio, con el ceño fruncido, entonces terminé diciéndole al ver que pasaron unos dos minutos:
—Lonhard respóndeme la pregunta es para hoy, sabes que debo irme a hacer el libro de Sofía.
—¿Qué es buenorro? —preguntó con cara de extrañado.
Este hombre es vivo para unas cosas, pero inocente para otras —pensé poniendo mis ojos en blanco.
—Estar buenorro, así se dice en España, porque aquí en Venezuela se dice buenote —solté una risita picara y continúe diciéndole— Es cuando un hombre esta así pues… bello, bonito por donde lo mires… ¿Me explico?
—¿Según tú yo estoy buenorro?
—¡Dios!… Lonhard… te juro que iré a la cocina y le diré todo lo que sé a Angi si no dejas de burlarte por todo lo que te pregunto.
—Bien… bien… deja lo ofensiva mujer… ¡ya te digo!… Antes de morir y estando en el infierno me ejercitaba muchísimo, pero aquí, al regresar a la tierra no entiendo por qué mi cuerpo se ha quedado como estático, o sea no engordo, ni rebajo, debe ser por la cuestión de la inmortalidad, al menos que hacer el amor, cuatro o cinco veces al día te ejercite.
—¡Cállate! —chillé, pero fue sólo impulso, la verdad era que no me esperaba esa respuesta, empecé a reírme sin parar, era eso o morirme de la vergüenza.
—¿De qué te ríes enana mujer?
—¡Óyeme!… más respeto seré bajita, pero los mejores venenos vienen en frasco pequeño —le dije con mala cara.
El soltó una carcajada a los segundos me dijo:
—Dime las otras preguntas, me urge irme a la cocina.
Con mala cara y evitando mirar a su entrepierna le respondí:
—¡Ajá!… sí… voy.
10.- ¿Cuál es tu ropa favorita?
—¿Ropa?
—No empieces —repliqué frunciendo el ceño y achicando mis ojos en señal de burla.
—Ajá, ya, tú si eres venática ¿ah?… Respondiendo tu pregunta aquí en casa es raro que tenga ropa puesta, pero para salir me gusta ropa negra de vestir muy elegante, sí que me gusta la ropa que han hecho esos tales diseñadores, me gusta vestirme bien y a la moda; término que no entiendo, pero que me copio a la perfección, todo lo que pasan en ese aparato que llaman Televisión.
Bueno, es cierto que no usa ropa en casa, porque cuando llegué Angi lo mandó a vestirse… Interesante situación… —¡qué cosas!… ya me está dando envidia de nuevo —pensé
—¿Por qué estas pensativa Kass?
—¡No te incumbe! Ven, dame un abrazo, me encantó escribir sobre ti.
Él me correspondió el abrazo diciéndome:
—A mí me encantó ser tu primer protagonista, fue todo un honor y sé que nadie será mejor que yo.
Solté una risa por lo bajo, creo que en eso no se equivocaba.
—Nos vemos entonces —le dije sonriendo.
—Este buenorro se va a la cocina con Angi —murmuró en tono burlón,
—¡Dios mío!… Tú con la autoestima por los cielos y yo con mis preguntas ayudando a que aumente… ¡madura Lonhard!
—Lo intentaré Kass… te quiero.
—A ustedes dos, yo también los quiero, despídeme de Angi —me levanté caminando hacia la puerta. Miré hacia atrás y ya él no estaba, de repente escuché que unos platos se caían en la cocina y unas risas picaras comenzaron a escucharse en el lugar.
Mierda no se pudo esperar a que yo me terminara de ir, los malos educados y él. —cerré la puerta detrás de mí y me fui hacia mi casa.
Por primera vez caí en cuenta que había terminado mi primer libro, y que los personajes no hicieron más que darme buenas experiencias.
Gracias, chicos.