Hola queridos lectores, en esta oportunidad sigo con las preguntas a escritores Heberto José Borjas nos cuenta un poquito más de sus experiencias como escritora.
Heberto es un amigo y compañero de letras muy talentoso, estoy muy contenta de que sacara tiempo de responderme estas preguntas; espero que le den la oportunidad de conocerlo un poquito más.
Escritor entrevistado: Heberto José Borjas
Entrevista realizada por: Kassfinol
#1 ¿Qué género literario escribes y cuál otro te gustaría escribir?
Escribo narrativa. Llevo publicados un par de libros de cuentos y una novela. Pronto, este mismo año, será publicado mi cuarto libro, una novela titulada Las verdades cuadradas con Escarabajo, una editorial colombiana. Más que abordar otro género literario, quisiera sacarme la espinita de ser un compositor de canciones frustrado.
Lo primero que escribí por mi cuenta no fueron historias sino versos para canciones, algunas con melodía, pero no he conseguido que nadie las grabe. Me refiero a ritmos como la gaita zuliana, balada, pop y hasta salsa. Y mira que se las presenté a cantantes profesionales, pero cortésmente me las rechazaron diciendo que no eran comerciales.
#2 ¿Qué piensa tu familia sobre el oficio de la escritura? En el caso de no saber, dime, ¿Por qué tu familia no sabe que escribes?
Mi familia, asumo yo, piensa que escribir es una lógica consecuencia de mi pasión por la lectura desde la niñez. A nadie le extrañó cuando en el 2009 les dije que me había ganado un concurso para autores inéditos de Monte Ávila Editores, en mención Narrativa, con un libro titulado Duendes en mi casa, mi primera publicación, que salió a la luz en 2010.
Desde entonces, mis parientes han sido un apoyo moral importante para mi autoestima como escritor, compran mis libros y me dan sus opiniones sobre ellos. Aparte de mi familia, todo el que me conoce sabe que escribo. Nunca dejo de hacerme promoción. Gracias a eso he vendido ejemplares de mis libros por mi cuenta, que van con dedicatoria personalizada al destinatario, por supuesto.
#3 ¿Por qué decidiste escribir con seudónimo y de no tenerlo, por qué te inclinaste a publicar con tu nombre real?
La combinación de mi nombre y mi apellido es tan particular que difícilmente encuentre muchos tocayos por ahí. De modo que presentar mis libros con mi primer y segundo nombre más mi primer apellido era suficiente para reafirmar un sello de identidad que en el nombre mismo de un autor debe tener sonoridad y transmitir algo más allá que el convencionalismo de un nombre demasiado común. Desde luego, si mi nombre fuese Carlos Pérez, mi respuesta seria otra. Habría sido pertinente pensar en un seudónimo.
#4 ¿.Qué es lo que más detestas o te incómoda del proceso de publicar un libro?
Más que detestar, hay algo que me descorazona durante el proceso de edición de mis libros, y es el simple hecho de que ya llega a la etapa en la que es algo que se someterá a la consideración de los lectores, es un producto que debe ser rentable para la editorial y para el autor. Res decir, hay un rigor y a la vez una especie de lotería con respecto al libro ya como cosa tangible que es muy diferente al proyecto que se pensó al inicio.
Cuando el libro es una expectativa, o durante el proceso de escritura, parece que no tiene límites ni pifias: es 100 % posibilidad. Cuando se imprime y llega las librerías me entran los nervios: ahora es mercancía que rogamos se venda como pan caliente. En mis experiencias con los editores de mis libros, he sufrido mucho menos de lo pensado. Ellos me han ayudado a hacer el proceso más llevadero.
#5 ¿Cuánto fue el tiempo máximo que te tardaste escribiendo un libro? ¿Dime el por qué?
Mi cuarto libro saldrá durante el primer tercio de 2020, pero la primer línea la escribí en julio de 2010. Así que saldrá al mercado luego de diez años de haber sido concebido. En ese lapso, pasé meses sin adelantar una sola línea, fue revisado por más de un corrector, le recorté pasajes enteros que sobraban, lo engaveté por falta de aliento, dudé de su propia calidad y pertinencia.
En el momento en que se publique, caerá como anillo al dedo pues, aunque su temática es variada, toca la emigración y una posición contra el poder político inicuo de mi país natal, Venezuela, también aborda algunas reflexiones sobre nuestra idiosincrasia y nuestra carga de culpa como conglomerado (que la tenemos, sin duda) en el desbarajuste actual de la nación. Entonces, este momento es ideal para publicarla, dado que es en estos asuntos que mi novela puede aportar una perspectiva menos victimizada y maniquea de la realidad venezolana actual.
#6 ¿Qué piensas sobre el comportamiento de los escritores? Ya sabes: El ego, el autobombo, la falta de compañerismo y demás. Luego me dices: ¿Qué haces tú para que eso en el mundo literario cambie?
Todas esas actitudes o condiciones reprochables de los escritores son extensiones previsibles de su condición de seres humanos. Lo cual en el escritor se convierte en algo detestable, pues este oficio hace que uno tenga buena fama en términos intelectuales. Se entiende que quien lee o hilvana una idea y la convierte en un libro es alguien que se encuentra cerca poseer una verdad, de descubrir una revelación, o que cuenta con una clarividencia que otros no tienen tan desarrollada.
Y si alguien en esa situación se envanece y se cree superior a sus colegas escritores, o al resto del género humano, se convierte en alguien que solo quiere ser admirado o envidiado, se torna un insoportable. Revertir eso no es tarea de nadie, en verdad. Afortunadamente, no hay jueces institucionalizados que excomulguen escritores por su inflado ego, eso quizás los autocensuraría y les restaría naturalidad a muchos autores valiosos y dignos de ser leídos.
Muchos genios necesitan de esa dosis de ego para hacer con desparpajo su arte e impresionar al mundo. Yo lo mínimo que puedo hacer es dejar de hablarle al colega que se ponga jactancioso o no demuestre solidaridad o compañerismo. Podría hasta dejar de leerlo, dado el caso.
#7 ¿Crees que puedas llegar a vivir solo de la escritura? Justifica tu respuesta.
Sí. Basta con que saque un jonrón con tres en base, es decir, que publique un best seller para después recostarme en la buena reputación de mis libros, vender otro buenos libros y cobrar jugosas regalías. Al menos, mientras lo digo parece probable.
#8 ¿Qué es lo más hermoso que te ha dejado el mundo literario?
Como lector me ha dejado ese metro cuadrado al que llamar hogar, que a la vez es un universo donde nada es imposible y a la vez un portal desde donde se puede viajar lejos en cuestión de segundos. Como escritor, me ha dejado la suerte de ganar buenos amigos, conocer un poco del negocio editorial, estar consciente del rol de los creadores y de las repercusiones que sus obras en la sociedad, que los necesita, aunque a vuelo de pájaro parezca que la literatura no sirva para nada, como afirmó una vez Saramago.
#9 ¿Puedes escuchar a tus personajes? ¿Qué relación terminas teniendo con tus personajes?
No los escucho, más bien les hablo. En mi relación con ellos soy Dios, soy el padre controlador que no los deja ni salir a la esquina si no es con consentimiento. Los mimo y los regaño por igual. Entre nosotros hay un nexo de amor y control, control que ejerzo yo. Hay una canción de Rubén Blades que dice esto mismo y que me da la razón.
#10 ¿Cuántos libros crees publicar en lo que te resta de vida?
Por la complejidad de mis próximos proyectos literarios, creo que publicaré cada dos o tres años. De hecho, ese ha sido mi promedio hasta ahora. En verdad me interesa más escribir que publicar. Pero, digamos, que si llego a los ochenta años, eso daría un total de dieciocho a veinte libros al momento de mi muerte. No está nada mal. Estoy seguro de que no me gustaría dejar nada inconcluso. Mi último respiro tras el punto final de mi último libro sería una muerte del carajo, muy poética.
#11 ¿Cuál es la mejor experiencia que has tenido hasta el momento con un lector(a)?
Hace un par de años me escribió una estudiante universitaria, de Letras, para decirme que había tomado mi primer libro, Duendes en mi casa, como objeto para realizar una monografía en la que analizó el concepto de culpa y de doble moral que se desprende de mis relatos. Fue un inmenso honor que me llegó hasta el fondo del corazón.
#12 ¿Cuál ha sido hasta el momento la peor experiencia que tuviste con un lector (a)?
Hace cinco años, más o menos, un lector reseñó en sus redes sociales que había leído mi libro Duendes en mi casa y aunque al principio decía que le gustaban los relatos, luego dedicó unas cuantas líneas a describir con mayores detalles los defectos de los que padecía el libro. Llegó a decir que los personajes no estaban bien construidos y que usé palabras muy rebuscadas que lucían “arjonescas” (sí, con ese mismo adjetivo). Quedé confundido, avergonzado, por no decir herido. Me quedó la sensación de que el libro no le gustó tanto. Pero con el tiempo he aprendido que una crítica negativa duele el primer día; el segundo día duele menos; y al tercer día ya no duele y se olvida.
#13 ¿Dónde sientes que fallas como escritor?
Hasta mi tercer libro, Desde la nada (2017), sentía que mi gran falencia como escritor era el de no empezar a dar muestras de una obra comprometida o solidaria con los tiempos turbulentos de mi país natal, Venezuela. Mi literatura podría calificarse hasta entonces como una evasión con sutiles y tímidas miradas a ciertos grados de miseria que se padecen en Venezuela, miserias que en algunos casos son comunes a las del resto de la América Latina. Había coqueteado con el realismo mágico, la ciencia ficción y la metafísica, por ejemplo, con apenas un poco de hiperrealismo que no sé hasta qué punto pueda considerarse denuncia de nuestros males actuales.
Pero con mi cuarto libro, la novela que sale en 2020, Las verdades cuadradas, dejo constancia pública de lo mucho que me preocupa Venezuela, a la distancia, como ente homogéneo, como proyecto fracasado, como una espina clavada en la plante del pie, haciendo énfasis en que la carga de la culpa del desbarajuste actual debe repartirse más equitativamente entre el desgobierno y los treinta millones de paisanos que tuvimos en su momento tuvimos en nuestras manos la oportunidad de hacer las cosas de otra forma, de reflexionar sobre nuestro derrotero, de apoyar o repudiar a ciertos líderes, pero nos dejamos llevar por nuestros peores instintos y ahora, aquí nos tienen regados por el mundo buscando dónde vivir con un mínimo de dignidad. Tratando estos tópicos espero reparar esa carencia en mi literatura.
#14 ¿Tienes algún ritual o manía para escribir?
Hoy ya no soy tan exigente ni maniático. Me conformo con una taza bien caliente de café negro y con una silla cómoda. Aparte de eso, niveles mínimos de ruido. Sin embargo, ya me he acostumbrado escribir en cafés, rodeado de gente cuchicheando y riendo sin parar.
#15 ¿Te comparas con algún escritor? ¿Por qué? ¿De qué forma?
Me comparo conmigo mismo. Me leo de vez en cuando, para no repetirme en cada proyecto literario. Ahora me asombra cómo he llegado a atreverme a compartir con terceros algo que estaba solo en mi pensamiento, siendo yo tímido durante la niñez.
Por el momento carezco de la arrogancia de comprar mi obra a la de una autor grande. No solo sería petulante hacerlo sino una falacia, pues en todo caso yo me tendría que comparar solo con los autores que he leído, dejando por fuera a muchísimos otros que no he leído. Eso se lo dejo a los lectores. Amigos y familiares me han comentado que mis primeras escrituras tiene una notoria influencia garciamarquiana.
#16 ¿Sientes devoción- admiración- idolatría por algún escritor?
Por Gabriel García Márquez. Hasta llegué a producir, escribir, dirigir y actuar en un montaje de microteatro en homenaje a él a comienzos de este año. Su biografía es tan interesante como sus libros, todo un ejemplo de resiliencia y entrega a la vocación de escribir.
#17 ¿Cuál es ese género literario que nunca ha llamado tu atención o que jamás leerías o escribirías?
He sido poco dado a leer teoría sobre la narrativa y creo que jamás volvería a leer ese tipo de textos. Se me antoja aburrida la teorización o conceptualización de algo que surge por el impulso del instinto o de la pasión, como lo es el oficio de escribir. Quizás sea porque los autores de ese tipo de libros manejan un lenguaje (necesariamente) formal que se me termina pareciendo a una jerigonza.
#18 ¿Qué es lo peor que te ha pasado escribiendo un libro?
Relacionado directamente con la escritura, el proceso de revisión y reescritura de mi nueva novela Las verdades cuadradas, me hizo pasar por momentos en que mi autoestima de como narrador estuvo por el piso. Fue un proceso en el cual padecía de inseguridad y momentos de rabia que hasta me valieron discusiones con mi esposa en su momento. Pero ya el libro está listo y salí fortalecido y muy agradecido con el editor, Eduardo Bechara Navratilova.
Recuerdo en particular un momento, allá en el 2005, cuando escribí sufriendo de mal de amor, varias páginas de un manuscrito inédito hasta ahora. Una chica me rompió el corazón mientras adelantaba una novela que luego se me empasteló y debí detener pues me faltaba investigar mucho sobre las condiciones geográficas e históricas que rodean a la trama principal. Quizás la retome, pero hace 15 años, cuando vivía en Caracas en un cuarto de alquiler, junto a la estación Capuchinos del Metro, recuerdo haber pasado un par de días en los que escribí línea tras línea botando lágrimas como una magdalena.
#19 ¿Qué es lo que te motiva a escribir?
El deber moral de reaccionar y de fijar una posición ante todo aquello que a uno como observador le fascina o que uno siente que está mal. La escritura me ha servido como una forma de expresión sobre lo que intento entender y también un medio para reflexionar sobre tópicos que me obsesionan, y que deben de ser los mismos temas que obsesionan al género humano en general.
Tras terminar de revisar mi cuarto libro, que sale pronto al mercado, me he dado cuenta de que escribo mucho sobre los nexos familiares, tanto en novela como en cuento. Sin darme cuenta todo personaje era el hijo de alguien o el padre de alguien, y esa condición era la que lo hacía interesante para mí desde el punto de vista dramatúrgico. Eso quizás tenga que ver con el hecho de venir de una familia con sus aciertos y defectos, como cualquiera, de modo que posiblemente me motive a escribir una necesidad de sanar y comprender viejas heridas del alma.
#20 ¿Cuál es el lugar más incómodo en el que te ha tocado escribir? Cuéntanos lo qué ocurrió o por qué ocurrió.
Es algo que siempre he intentado controlar, generalmente con éxito: las condiciones en las que escribo. Por ese motivo, si me siento incómodo, ni siquiera intento la primera línea. Lo más desagradable hasta ahora ha sido escribir en un café repleto de gente y con un grupito de gente hablando y riendo en voz alta en la mesa de al lado.
#21 ¿Qué haces o cómo te sientes al recibir una reseña negativa justificada?
Hace años sentía que debía defender mis escritos a capa y espada. Ya no. Una opinión personal nunca deja de ser eso. En uno como autor está la clave de dejarse afectar o no por la crítica negativa.
#22 ¿Qué haces o cómo te sientes al recibir una reseña destructiva, ya sabes, esa que hacen los subnormales trolls?
No he recibido hasta ahora ninguna crítica destructiva o ponzoñosa por mis libros. Más bien las he recibido por mis opiniones políticas sobre el caso venezolano, opiniones que al estar alejadas del fanatismo de los extremos, me han merecido insultos de todo tipo. También me han insultado por expresar mi parecer ante posts ridículos de gente del show business, lo cual ofende a muchos fans que se lo toman personal.
#23 ¿Cómo te imaginas viviendo de tus libros? ¿Harías cambios significativos en tu vida? Menciona cuáles.
Imagino una vida dominada por la rigurosidad de la disciplina para escribir. Si esta fuese la actividad a la que le dedicase la mayor parte de mi tiempo, establecería horarios para ordenar mis rutinas. Escribiría de nueve de la mañana hasta las tres de la tarde, iría al gimnasio con más frecuencia, leería más, no trasnocharía tanto ni estaría tantas horas fuera de casa. Esos serían cambios significativos comparados con mis trajines de hoy.
En la actualidad escribo por la pura terquedad de no dejar de hacerlo, entre una clase y otra, pasando frío en cafés ruidosos, donde me gasto un dineral en capuchinos y algunos snacks para justificar el tiempo en dichos lugares. Quién sabe si mis escrituras serían diferente si solo viviera de la escritura y pudiese escribir siempre en casa.
#24 ¿Qué es lo que más odias al leer un personaje?
Odio que no sea verosímil. Odio que, a pesar de ser ficticio, yo no lo pueda comparar fácilmente con alguien de la vida real. Es decir, si un personaje está plasmado de forma tibia y desaprovechada, o tan exagerado que no es creíble, lo aborrezco. Y termino olvidándolo.
#25 ¿Cuál es ese mundo utópico donde te gustaría vivir?
Un mundo en el que no me insulten por emitir opiniones que no satisfagan a la mayoría, un mundo en el que uno puedo vivir en un país de la América Latina con buenos servicios públicos y condiciones de progreso, un mundo en el que yo pueda vivir de la escritura sin dar vueltas aquí y allá para llegar a fin de mes, un mundo en el que mi voz sea oída, un mundo en el que jamás yo vuelva a ser invisible.
#26 ¿Cuál es ese vicio culposo al que te arrastró la escritura o lectura?
La escritura y le lectura, durante mi época adulta, me llevaron al consumo frecuente del café, a los rincones, es decir, a sentarme en la última mesa, la que está en una esquina, donde al menos estoy rodeado de gente en un flanco menos. Me ha llevado a despreciar a la gente ruidosa, a los niños inquietos que me distraen cuando quiero entregar me por completo al libro, a las ancianas que se sientan a contarse sus cuitas como si fuesen grandes epopeyas, a los enamorados efusivos que no pueden compartir un espacio si no es pegados como siameses y dándose besos frente a los demás.
En fin, la lectura y la escritura me han vuelto receloso contra la gente que no usa el sentido común en la calle, contra la gente desconsiderada que no sabe comportarse en público o que hace uso de una ruidosa libertad que va en contra de la concentración que amerita toda lectura. Desde luego, cuando leo en casa, esto no ocurre. Para ponerlo más poético, la valoración del silencio: ese es el placer culposo que me ha dejado la lectura y la escritura.
#27 ¿Qué cosa te gusta que a la gran mayoría no le gusta? Puede ser: Comida, libro o Música.
Creo que en todo mi círculo social, soy la única persona a la que le gustaba la serie The Office, protagonizada por Steve Carell. Es como si el tipo de humor que manejaba la serie hubiese sido diseñado especialmente para mí. No pude comentar con nadie lo mucho que me reía viéndola. Fue en cierto modo frustrante.
#28 ¿Por qué te deberían de leer a ti? ¿Cuál es tu propuesta de valor, qué tienes de diferente para el mundo o para un lector?
Es la única pregunta de este cuestionario para la que no tengo respuesta. Tan vanidoso no soy como para saber venderme. Esa misma incertidumbre para hablar de mí la transmiten mis libros, creo. Allí podría estar la propuesta de valor de mis libros, en realzar los intangibles de la vida como elementos decisivos que la cambian de un minuto a otro. Hasta ahora, toda mi obra se puede resumir con un inmenso signo de interrogación.
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